martes, 3 de febrero de 2009

Lunes
Hoy me toca sufrir por amor y busco en mi ropero una camisa morada o roja.
Manga corta para no tener que planchar.
Prescindo de la corbata porque no tengo una que combine con alguno de estos colores (en realidad no quiero caminar pensando en la posibilidad de que se me quede atorada en alguna puerta de bus o algún engranaje de alguna máquina a vapor) y pinto el cielo de un gris mas bien opaco, le pongo un poco de garúa, tal vez uno que otro charco sobre los baches y uno que otro limosnero, para codear a ese orgullo que tenemos los hombres al compararnos con la ruindad y mala fortuna de los otros seres de dos patas y traseros calvos.
Con la constancia de unos pasos al ritmo de una respiración agitada, me dejo seducir por Dios y, aunque me cueste unos gestos horribles de la cara, me río de Nietzsche mientras cae a un pozo de estiércol equino. Me dejo caer la patilla semiondulada y llevo mis manos para peinar con los dedos mis cabellos que se dejan llevar por el mismo viento que no cambié por el de ayer, por el que sentía en el día en que me tocaba ser feliz.


Medianoche
Yo quiero olvidarte pero existe la rosa
los caminos perversos, la palabra moribunda
el olor a tu vientre plano
y el sonido que haces cuando no eres tú la que viene.
En realidad yo quiero matarte.

Y bebo sobre esta mesa.
amargo
solo
conocido
sobre esta mesa.
Yo quiero que me atiendan, ¡rápido carajo!
que vengo de caminar una calle muy larga para que se me olvide el recuerdo.


Martes
Hoy me toca morir. Hoy me puse corbata y antes de salir quemé las camisas roja y morada. Caminé con la misma respiración agitada, cerca de los engranajes de una máquina que no sé encender todavía y me dejé tentar por Nietzsche y me revolqué como cerdo en orgasmo de 4 minutos sobre el pozo de estiércol equino. Le puse noche a Lima, cielo nublado, un verano espantoso y pinté en el camino un jirón peligroso,
y en delirio de amplia sonrisa me dejo robar a golpes y espumarajos.

*******************************************
Felipe Revueltas. Lima, 1983. No le ganó a nadie, a nadie le quiere ganar. Escribe porque tiene la oportunidad de hacerlo y a veces no lo hace porque no le da la gana. Pero siempre, siempre lucha contra sí mismo para no agarrar y gran bolígrafo y pintar toda la ciudad, ya sea con intentos literarios, con insultos, o simplemente escribir cosas como: "Mañana seré feliz". No sé. A la mierda con esta áutobiografía.

No hay comentarios:

.